Los
de hoy, también
desaparecidos, en
fachadas, dispersos,
para el reparto del sentir
aquí
se perdonaron
irguieron el día junto
a una bandera, por
la espalda
se visitaron de nuevo.
A uno abastece lo que prensó
el asesino. A uno demora
otra palabra de ruta.
A uno multiplica la ciudad alfarera.
Te
sabemos, Señor, te
sabemos: en
torno a nosotros
respiras, igual
que nosotros, cada vez
más llamado, más
interno, más cautivo.
Nos
escuchas
rogar una sílaba
y hacia aquí
enfermas tu nada.
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