El
espacio, todo afuera,
igual al pensamiento: una nos conoce, abre las puertas de
única humildad par en par, las
de las llegadas y
partidas, mi
hermano, empuja suavemente.
Tantos umbrales adentros por cerciorar: no
de la vacilación, tantos busques más, un
aquí extienden los
mundos sin fin.
El
desierto, sabes, el
desierto brilló
la fe de un hombre
errante.
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