martes, 15 de noviembre de 2011


Dos poemas de Maria Lilian Escobar                                              




(A Paul Celan)



Hermano
donde pervive la morada
del sonido de la horca
hacia ese sitio cayó
la palabra inmortal
de estiércol erguido como una piedra



abismo de oro disipado de putas
y perdidos en crucifixión
cuánta saliva en la ventana
rodeando la escala angélica
y la tierra en sus volcanes
ojo de siete estrellas
como silencio de palomas
golpea el corazón: los pobres
no pasarán



un exilio se alza
con los perros en las abadías
de pueblos peregrinos ligados en tu bitácora
mandrágora que habita el aliento de un náufrago
y el rayo
las manos la mesa
vigilia de miseria en Cracovia







(A Nelly Sachs)



                        De jardines
mi-tu
                        embajada
ni el  cielo, ni el viento
tan sólo las heridas del espíritu
en la huida final
de alguna mariposa oscura



desde aquel aliento de sodoma
en la puerta ancestral y sagrada
para todo éxodo en las celdillas
de incontables letras



y Nínive germina en nuestra pupila
el pentagrama de los gusanos
invernales sobre el carnero
con el rostro perdido de los vientos
esta piedra bailarina concibe la lejanía pagana



resurrección del párpado en silencio
con la simiente del instante
que fecunda en lo inaudito
la única oración feliz
hacia la infinita noche

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