Lumbre
de un vertedero, el se extiende el alba
niño en torno, soñado con al juego de los verdugos, una
la simiente de nombres. Tanto débil vocal para lo ahora llorado
bebida en el mundo
con gotas de adormidera.
Tú
vienes, sobre el asilo de adiós, a través de argumentos
canciones, de un y centavos. Tú
vienes, copo
que se ciñe una corona
-ésta, conmigo, la horror, aquella,
ungiste, entre contigo, la
los duros sémenes al color orfandad, en
mi nombre la supiste-
De
un comparecer
labra tu blancura la noche
entre los techos
¡hablasen estas velas
en torno a los ojos helados, hablasen
los últimos en rompientes
de sol, hablasen los tenebrosos una sombra
por sus crímenes!
Un
poema, después del arte, entre nosotros: escuchabas
floreció aún en la intemperie, en
la intemperie vine
a escucharte.
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